Yossarian
Registrado: 03 Nov 2003 Mensajes: 108 Ubicación: La Arganzuela, oiga
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Publicado: Dom Nov 30, 2003 06:09 Asunto: En un blog opinan sobre Radio3 |
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Y os lo clono tal cual. Es largo, aviso. Abajo tenéis la dirección de donde lo he sacado.
Fa vint anys que tinc vint anys
20 años de Radio3. 20 años de construcción de un determinado orden de cosas, de una plaza pública donde se reúna esa inmensa minoría de la que siempre nos hemos sentido parte. Qué haríamos sin ella? Dónde escucharíamos esos discos invisibles, que solo conocemos por escrito, que no existen para el ideario común?
Sean cuales sean sus defectos, convengamos en que nunca ha tenido rival. Escuchar la ser está bien por la política y eso, es como leer el país, te mantiene en un nivel de crítica digno -siempre que uno obvie su cargante exceso sociata- pero la faceta musical de prisa no puede ser más lamentable. Luego está M-80 con su barrido histórico con cuernos afeitados, ese greatest hits parcheado que de tanto querer contentar a todos acaba huero, sin personalidad. Pero Radio3 es otra cosa, es uno de los pocos buenos modelos de aprovechamiento de estructuras públicas, es la única ventana hacia ese otro mundo cada vez más ignoto, más silenciado, más censurado.
Sino son veinte serán casi casi los que llevamos escuchándola. Recuerdo su descubrimiento: en un viejo transistor, en la casa de verano. No había privadas, quizás no tuviéramos ni tele, y en la radio sólo se cogían radio nacional y la ser. Mi hermano y yo sintonizábamos cosas que nos parecían modernísimas y extrañísimas. Ecos de la movida que engrandecíamos desde una aldea turolense. Manolo Ferrerras, Javier Rioyo, Caravana de hormigas, Paco Clavel, Diario Pop o el gran Juan Pablo Silvestre. Escucharlo entonces era un reto transgresor, una sensación de riesgo que no acabábamos de asimilar. Unos años más tarde, nos haríamos adictos a Rafael Abitbol y su Rock3 diario, con sus inacabables listas mensuales y su vibrante dicción narrando como Gene Loves Jezabel u Ocean Colour Scene subían o bajaban de los diez primeros. Luego, durante años, lo hemos convertido en costumbre. Sus voces al cabo de los años nos son absolutamente familiares, hemos crecido con ellos. Hoy, ya asentada -y también, sign of the times, bastante rebanada en sus pretensiones- lleva bastante tiempo conservando los mismos locutores y programas y horarios, con lo que es fácil establecer una rutina diaria a su lado. Estos son algunos de sus héroes.
Tomás Fernando Flores
Siglo21. Algo oportunista, aprovechó el cambio de paradigma de los 90 para tirarse al carro de la electrónica. En su momento fue inteligente y visionario, no hay que olvidar que él era un rockero convencido en sus inicios junto a Ordovás. Algo en su tono y su perfil nos hace intuir que estará donde el péndulo del gusto se encuentre en cada momento. Fue pionero de un tipo de sensibilidad no sólo musical, en su programa se da cabida al pensamiento y el debate político y social y las secciones de informática o artes plásticas. Es directamente responsable de un tipo de arte contemporáneo lamentable.
José María Rey
Bulevar. El mejor locutor posible, quizás junto a Gabilondo. Charlatán con fundamento, una metralleta de adjetivos calificativos con la virtud de no ser fuegos de artificio, sino definitorios y contextualizadores. Es un erudito, pero su campo de acción es limitado -voluntariamente, lo cual le da más encanto. En el pop-rock no tiene rival. Desde hace un tiempo dedica los viernes a Sunset Boulevard, su lectura de la historia del rock, que gravita en el nacimiento de los movimientos alternativos de la costa este americana y relata su expansión e influencia con la profusión de detalles de un microscopio. Tiene gustos imperdonables pero si se es del tipo de persona que depende de una buena melodía, Bulevar tiene las mejores.
Diego A. Manrique
El Ambigú. El padre de la crítica española. Los dos anteriores imitan su fraseo inigualable, su cadencia. El más listo de todos, tanto que es capaz, desde su actual perfil ultraposmoderno, de convencernos de la valía de Sabina, Alejandro Sanz o Gloria Estefan. Es el único que además, sabe escribir. Y muy bien desde luego. En la radio hace lo que le da la gana -no como en el país, en el que se dedica a entrevistar a estrellas y a intentar no traicionarse pero quedar bien con los jefes. Su programa se podría definir como exótico. En una de sus cuñas dice que es para gente que no necesita que le digan lo que tiene que oir, y esa parece ser su obsesión, encontrar un punto equidistante y, sobre todo, suyo entre el mainstream y lo alternativo. Suele rebuscar en músicas de países y tradiciones no radiadas. Le encanta provocar con géneros deleznados por la crítica por populares o con figuras en el límite del buen gusto. Acaba resultando fresco más allá de otras cuestiones. Tiene la historia de la música en su cabeza. Está de vuelta de todas las batallas.
Antonio Fernández (creo)
Área reservada. Un personaje y un programa patético. Desde el nombre ya se nos avisa: cuidado que tenemos derecho de admisión, aquí no viene cualquiera. Elitismo trasnochado y cincuentón, el jazz, el soul y el rhythm&blues más estilizado y superfluo es su especialidad. Pronuncia el inglés como un nativo -Meisio Parker- pero luego entrevista con intérprete, su obsesión son los créditos de los discos, quién tocó qué y todo eso. Está más cerca de Fernandisco de lo que nunca podrá admitir.
Ramón Trecet
Diálogos3. Sin comentarios. Es el apólogo de la new age. Nunca lo he aguantado más de una canción. También le va el baloncesto.
Jesús Ordovás
Diario pop. El abuelo cebolleta. Todo el día poniendo sus maquetas de Almodóvar y McNamara o de Siniestro Total, en un yo estuve allí algo penoso sino fuera porque el tipo es gracioso y se hace querer. Es un torpedo pero no puedes odiarle. Cada día dando más, Jesús Ordovás. El daguerrotipo de la movida.
Julio Ruiz
Disco grande. El gurú del indie vendido a Vale music. Vaya vaya. La verdad es que era de sospechar. Tanto maquetero, tanta afición, tanta alineación titular con esa voz tan aflautada no era de fiar. Pesadísimo, pone pocas canciones porque se empeña en hablar y repetir los conceptos como si fuéramos gilipollas. Se cree el padre de Los Planetas. Se hace llamar cuando pincha Dj Rojiblanco. Su peor momento fue cuando en el primer Benicássim -la consagración de todo el edificio que él cree levantó- la gente le abucheó y canturreó gordo, gordo. A mi siempre me cayó gordísimo.
Juan de Pablos
Flor de pasión. El decano. Un personaje entrañable. Es como Fresita, adorable pero sólo cinco minutos. En lo suyo tiene un gusto irreprochable. El problema es que vivir en su mundo y a la vez en el real resulta imposible. La mejor sintonía posible.
publicado por contra 12:58 AM comentarios (17)
Esta es la ubicación original, bajad un poco (16 nov 2003) y podréis acceder a los comentarios. Y gracias a nuestro nuevo amigo josediego, quien nos dirigió hasta ese blog. |
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